sábado, 20 de septiembre de 2008

maltrato infantil

En la mayoría de los casos los padres no quieren lastimar a sus hijos, pero lo hacen sin darse cuenta. La exigencia, el abandono y el aislamiento de la sociedad son algunas formas de hacerlo. Prevéngalos y conozca los peligros de esto.
Valeria es una atleta de 7 años. A su edad tiene miedo de hablarle al papá y contarle sus problemas. Está irritable: bajó rendimiento académico, dificultades para relacionarse con sus compañeros y presenta agresión verbal con sus familiares. Esas son respuestas al maltrato sicológico que está recibiendo por parte su padre, sin que este se dé cuenta.
Él la obliga a asistir todos los días a los entrenamientos de atletismo. Quiere que su hija logre ser lo que él nunca pudo: campeona olímpica en este deporte. Pero ella se siente comprometida y obligada por tanta insistencia de su ser querido.
Después de tanto llanto, Valeria no soportó esa presión y prefirió desistir de los entrenamientos, pero tiene miedo de contarle a su padre lo que le sucede. Así que utiliza la mentira para ocultar sus verdaderos sentimientos.
Así como ella, muchos niños son maltratados sicológicamente sin que estos se den cuenta. Y con seguridad, usted como padre no quiere hacerlo, pero, en muchas ocasiones, usted, sin darse cuenta, termina haciéndolo. ABC del bebé habló con especialistas para conocer las formas más claras de maltrato sicológico en un menor.
Los peligros del maltrato sicológico
Hoy en día, los padres están educando con reglas rígidas, castigos físicos y verbales, que en realidad no ayudan al menor, sino que destruyen sus proyectos de vida. Christian Muñoz, siquiatra infantil, explica que “el maltrato sicológico parte de obligar a los hijos a ser lo que nunca pudieron los padres ser, sin dejarlos que sean ellos quienes tomen las decisiones”. Y es que la mayoría de los niños no manifiestan verbalmente sus inconformidades. Ellos prefieren callar y asumen entonces comportamientos que indican: ansiedad, tensión, aislamiento, timidez, soledad y miedo a comunicarse con los demás. Muñoz asegura que cuando los niños se arriesgan a contar su inapetencia por alguna actividad programada por sus padres, ellos siempre acuden a palabras como: “Usted es un perezoso. Mire ese otro niño como sí aprende”.
“Esas palabras deben evitarse, porque los niños, creen todo lo que los mayores dicen. Así que crecen frustrados y resentidos”, asegura el siquiatra Muñoz.
Isabel Cuadros, directora de la Asociación Afecto Contra el Maltrato Infantil, afirma que el problema de la agresión sicológica tiene consecuencias como inseguridad, poca capacidad de decisiones, falta de compromiso y arrogancia por la actividad implantada.
Además, los pequeños empiezan a mentir para evitar el maltrato y ocultan información por miedo a ser más vulnerados o castigados. Isabel Cuadros señala que el abuso emocional es grave no solo por las consecuencias que trae, también por el irrespeto a los derechos del niño.
Dice que las formas más comunes de afectar sicológicamente a un menor son: “aterrorizarlo, mantenerlo en un clima de hostilidad, humillarlo y aislarlo de otros niños”.
Siga las pautas
Comprender que no siempre lo que los papás creen está bien para los niños. Ellos también tienen que tomar sus propias decisiones.
Los padres deben asesorarse para conocer las exigencias que debe tener un menor de acuerdo a cada edad.
Los estudios han demostrado que a un pequeño no hay que entrarlo a varias muchas actividades para que se desarrolle bien; por el contrario, lo que sugieren es darles tiempo y cariño.
Siempre se les debe preguntar si se sienten bien con los papás, si necesitan más tiempo o si tienen alguna incomodad.
Formas de maltrato
Según Germán Casas, siquiatra infantil, otras de las formas de maltrato más comunes son:
Recompensa: muchas veces los padres, con la intención de motivar a sus hijos para que se desempeñen mejor en una actividad, les prometen un detalle especial. El niño se ilusiona y hace su mayor esfuerzo para conseguir la meta. Pero, por alguna razón, el adulto no puede cumplir con la promesa. En ese momento se genera en el menor una desilusión.
El abandono: este se da cuando los padres se ocupan y no tienen tiempo para sus hijos. Suplantan el tiempo por objetos materiales. En este caso, los niños se sienten abandonados por los papás y, por ende, están siendo maltratados sicológicamente sin que los adultos se den cuenta.
Tiempo copado: el tiempo libre del pequeño es tan importante como sus estudios. Por eso, es necesario que cuenten con él. Cuando obligan a un niño a estar en una actividad elegida por el padre, crea descontento y fatiga. No es necesario tener un hijo perfecto.
Exigencia: los padres que reclaman más de lo que puede dar un menor, están maltratando sicológicamente a sus hijos. Son los que los entran a cursos y actividades que no van con su desarrollo y, pensando en su bienestar, lo perjudican, por que cuando un niño no está capacitado para una actividad, causan en ellos frustración al no hacerla y al no cumplir con las expectativas de la situación.
Separación: cuando no hay un verdadero proceso, los niños salen maltratados. Es muy frecuente ver que un padre les hable mal a sus hijos de su madre y viceversa. Esto genera unas secuelas sicológicas muy severas. Es importante que cuando la gente se separe, y tengan hijos pequeños, busquen la asesoría de un sicólogo, para saber cómo tener la comunicación con los infantes.

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